Lo primero que haremos será descongelar el salmón, para ello lo dejaremos en el frigorífico desde la víspera.

Picamos dos dientes de ajo y rehogamos con una cucharada de mantequilla. Cuando empiece a estar dorado añadimos 50 ml. de caldo de pollo y el zumo de 1 limón. Dejamos a fuego medio hasta que reduzca. Después añadimos tres cucharadas de mantequilla y una cucharada de miel. Seguimos cocinando hasta reducir. Sacamos y reservamos.

En una sartén, con un fondo de aceite de oliva virgen extra cocinamos el salmón, unos minutos por cada lado, empezando por el lado de la piel hacia abajo.

Mientras tanto llevamos a la plancha un manojo de espárragos trigueros a los que le pondremos un poquito de sal gorda.

Una vez cocinado el salmón y los espárragos ya sólo nos queda emplatar. Servimos el salmón con la mantequilla por encima, perejil picado y unas rodajitas de limón.