Cortar el solomillo del Salmón Rojo Salvaje de Alaska. Salpimentar. Poner en un bol salsa, el aceite de soja, el jugo de media lima,  y miel de azafrán. Untar el salmón en esta mezcla y rebozarlo en los sésamos.

Calentar una plancha a fuego fuerte y untar con un  poco de aove. Sellar el salmón por los dos lados a fuego fuerte para que no se haga por dentro. Sacar de la plancha y dejar enfriar.

Pelar y cortar el mango. Añadir el jugo de lima, la sal y la pimienta. Rallar el ajo, el jengibre y poner la salsa de soja, la miel y el aove.

Calentar en un cazo a fuego medio. Remover continuamente hasta que rompa a hervir. Retirar del fuego, triturar, colar y dejar enfriar.

Cortar el salmón salvaje en lonchas de medio centímetro de grosor y colocar en un plato sobre una base de salsa de mango y jengibre.

Acompañar con canónigos, cebolla roja encurtida, kumquats y cebolleta verde.

Acabar el plato con un buen chorro de Aove.